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Abogados defensores Rubén Pagliotto y Guillermo Vidal |
Un jurado popular de Villaguay declaró no culpable por unanimidad a un reconocido docente falsamente acusado de violación. Fue un triunfo resonante del extraordinario equipo de defensores encabezado por Rubén Pagliotto y Guillermo Vidal.
Hasta la propia fiscalía pidió el sobreseimiento por inexistencia de delito y no fue al juicio, que se sostuvo sólo por la querellante María Laura Barbar.
El reconocido docente entrerriano JRC fue sentado en el banquillo acusado por su expareja de haber abusado sexualmente de su hija, de apenas un año y nueve meses.
La resolución fue adoptada luego de 3 días de deliberaciones que se realizaron en el Centro de Convenciones “Papa Francisco”, de esa ciudad.
El proceso, que se llevó a cabo a cabo a puertas cerrados por tratarse de una causa de abuso, estuvo dirigido de manera brillante por la jueza Melisa Ríos.
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Jueza Melisa Ríos |
El abogado Rubén Pagliotto, ex presidente del Colegio de Abogados de Paraná, dio detalles del proceso que terminó en veredicto de no culpabalidad. Lo denominó “el síndrome de la silla vacía” y lo reproducimos íntegramente en estas páginas. Pero primero dialogamos con él en exclusiva.
AAJJ: ¿Qué sucedió en este juicio, Dr Pagliotto?
RP: La verdad siempre triunfa. El jurado de doce vecinos de Villaguay ratificó de manera unánime la inocencia de un padre injustamente acusado y perseguido de un horripilante delito que no cometió. Fue inhumano por lo que pasó ese muchacho, docente, solidario, al que padres, alumnos y compañeros adoran.
En no más de 40 minutos de deliberación, el jurado popular, quienes casi no pudieron disimular sus lágrimas, dieron el veredicto de NO CULPABILIDAD del ciudadano denunciado falsamente por la madre, sus abuelos maternos, abogada y un reducidísimo círculo de fanáticas.
Cómo será la mentira y falacia de estos cargos que no hubo representación del Ministerio Público Fiscal en el juicio. En dos oportunidades los fiscales actuantes desistieron de continuar ejerciendo la acción penal pública, en el entendimiento de que el delito denunciado jamás existió.
AAJJ: Sabemos que fue su primer juicio por jurados y que usted es uno de los más afamados penalistas de Entre Ríos ¿Cómo lo vivió?
RP: Les confieso que en mis ya muchos años de abogado, jamás un juicio me emocionó hasta las lágrimas como en este caso. Jueza, abogados, policías, todos llorando. Fue emotivísimo y nos marca, una vez más, cuánto mal le hacen a las instituciones y a la humanidad los fanatismos de un lado y del otro.
Esta fue la historia de un hombre inocente que debió llevar la pesada carga de un horrendo y abominable delito que no cometió porque no existió, durante casi cinco años.
Una tóxica combinación de “profesionales del derecho y la psicología” y una familia que, llevaron a límites impensados y con insana osadía un relato falaz y perverso, dejando en el camino dos víctimas: un hombre y una hija que se vio privada de crecer al lado de su padre, por obra y gracia de una madre desquiciada y un círculo perverso que la rodeaba, alimentando sus caprichos y mentiras por doquier.
Además, como dije ayer y será el título de un artículo que escribiré, se produjo el síndrome de la silla vacía. La única que renunció a estar en el juicio fue, paradójicamente, la madre de la menor, que usó de la peor manera a su pequeña hija para vengarse de su padre.
Cuánto sentido común y lógica elemental demostró el jurado popular. A los 40 minutos de la deliberación ya se habían convencido más allá de toda duda razonable que esto era una gigantesca mentira.
AAJJ: ¿Cómo fue ir a un juicio sin fiscal?
RP: La ratificación de que no existió delito alguno. Hasta los fiscales se dieron cuenta mucho antes y abandonaron la acusación. Una tras otra, todas las "supuestas pruebas" de la querella se venían abajo como un castillo de naipes.
El colmo llegó cuando en el medio del juicio renuncia la perito psicóloga de parte de la denunciante, que deja el caso harta de las presiones de la mamá de la nena y la querellante. Imagínense la situación hasta qué punto llegó. L a propia consultora técnica contratada por la denunciante renunció a su cargo por las supuestas “presiones” que habría sufrido para sostener un relato que no habría surgido de las pruebas. Hasta salió en los diarios el incidente (ver)
Por eso digo que este muchacho pasó un calvario, un verdadero vía crucis que no se le desea a ningún ser humano.
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Rubén Pagliotto |
"LA VERDAD SIEMPRE TRIUNFA:
CRÓNICA DE LA LUCHA DE UN PADRE POR JUSTICIA Y EL SÍNDROME DE LA SILLA VACÍA"
Escribe: Rubén Pagliotto
"El 24 de marzo de 2021, la vida de un padre dio un giro radical y dramático. Fue denunciado por una de las acusaciones más graves que existen, abuso sexual con acceso carnal, contra su hija de apenas un año y nueve meses. Lo que siguió, fue un verdadero calvario de casi cinco años, un laberinto judicial y mediático, pero sobre todo un rosario de mentiras de la madre de la menor, apoyado por un minúsculo grupo de profesionales fanatizados, que pondría a prueba su temple y resistencia, su hombría de bien, profundas convicciones y valores.
Un camino de obstáculos y calumnias. Desde el inicio, el caso fue un torbellino. En abril de 2021, el primer informe médico forense no halló ninguna lesión en la niña, en simétrica coincidencia con el de la propia pediatra de la menor. Por ende, la causa penal se archivó, pero la denunciante insistió en el desarchivo, solicitando la incorporación de informes psicológicos privados y, sin éxito, solicitó por primera vez la detención del padre, exhibiendo desde el inicio de esta escarpada saga un espíritu de venganza más que el de buscar justicia.
Mientras la batalla legal continuaba, se desató una campaña de desprestigio en redes sociales, sin límites, apelando a toda clase de mentiras e improperios de la más baja estofa. La imagen del padre fue usada para calumniarlo, con mensajes como "le creemos a los niños", "docente abusador", "padre violador" y "con los niños no". Estas publicaciones se replicaron en diversos medios y redes sociales, utilizando nombres y asociaciones falsas, exponiendo detalles por detalle del caso y el nombre del acusado. Paralelamente, la denunciante, legalmente asesorada, presentó otras tres denuncias por diferentes causas (Amenaza con armas, desobediencias, etc), todas archivadas por falta de evidencias, y constatadas en el lugar por cámaras de seguridad, presentaciones de testigos, etc. O sea: denuncias sin sostén probatorio ninguno, por no decir inventadas, lo que colocaría a quienes denunciaron en el lugar de denunciados por el delito de falsa denuncia, previsto en el artículo 245 del Código Penal.
A pesar de los cerriles ataques proferidos por la madre de la menor (debidamente asesorada), el padre se mantuvo firme, cumplió todas y cada una de las medidas de restricciones que se le impusieron en este tiempo. Llegado el informe del psicólogo perteneciente al Ministerio Público de la Defensa, cuyo fin esencial es el de proteger los intereses de las niñas y niños, dicho profesional del ámbito tribunalicio y por ende oficial, analizó objetivamente y desde su aquilatada experiencia, los informes de las psicólogas particulares de la niña que había presentado la denunciante y confirmó que no había una sola evidencia de abuso sexual. Sin embargo, el acoso y ensañamiento sin límites en contra de JRC no cesó.
Podríamos afirmar que la verdad, aunque pase el tiempo, prevalece. El 9 mayo de 2024 la causa fue archivada por segunda vez. Esto significa que los fiscales intervinientes, quienes representan los intereses de los ciudadanos y el cumplimiento de la ley, entendieron que no existía ningún hecho delictivo que debiera ser investigado. Aun así, la denunciante, debidamente asesorada, apeló. El Fiscal Coordinador de Concepción del Uruguay, al no encontrar evidencias que avalaran la denuncia, confirmó el archivo en fecha 07/06/2024. Pero el caso continuaría.
Habiendo desistido la Fiscalía de continuar con la investigación penal, por no existir evidencias (elementos que avalaran la denuncia de la madre de la niña, patrocinada legalmente), la querella inició una acción privada autónoma, erigiéndose, al no intervenir más el Estado a través de sus fiscales, en acusador privada o en soledad.
Así las cosas, en el proceso (sin fiscales) se efectuó una Cámara Gesell a la niña, que ya contaba con 5 años, no realizando ninguna mención de abuso sexual. Es más, quien realizó la Cámara Gesell es un destacado profesional que ha hecho alrededor de 2.600 pruebas de ese tipo, con lo cual demuestra una aquilatada experiencia trabajando con niños, niñas y adolescentes.
A pesar de que la defensa pidió el sobreseimiento de JRC y el juez de Garantías hizo lugar al mismo en fecha 22/11/2024, la denunciante, extraviada por arcanos andariveles, asesorada legalmente, presentó nuevamente una apelación, y la Cámara del Crimen, seguramente para dejar que sea en un juicio donde se dirimirá finalmente la cuestión, le otorgó con evidente indulgencia la oportunidad de llevar el caso a un juicio por jurado popular.
Simultáneamente, y en un acto que busca la ruina total del JRC, la madre de la niña lo denunció ante el Consejo General de Educación (CGE), dando inicio a un sumario administrativo, proceso que pondría en serio riesgo sus más de 20 años de trayectoria como docente. Siendo lo más indignante de esta táctica destructiva, la filtración de la resolución inicial del sumario administrativo, un documento privado que, con su nombre y apellido, se publicó en redes sociales. La publicación se viralizó, acompañada de comentarios irrefrenables y dañinos. La persecución no se detuvo: días después, una imagen del padre ingresando a su escuela para dar clases fue subida a la red social, y uno de sus abogados defensores, fue también objeto de un inmerecido escrache público. Estos ataques, que generaron una ola de comentarios irreproducibles, revelaron la crueldad y salvajismo de la campaña de difamación, cuyo único objetivo era el daño moral y profesional al padre de la menor.
A pocos meses del inicio del juicio por jurado, la querella, debidamente asesorada, lanzó su último y más desesperado ataque. A las 15 horas del día viernes 9 de mayo, notifican al abogado defensor que se realizaría una audiencia virtual a las 16 horas, por el cual la querella pediría la detención urgente del JRC ¿El motivo? Un supuesto riesgo de fuga. Era un intento evidente, aunque bizarro y cargado de mala fe, de que el padre llegara esposado al juicio, debilitado moralmente y condenado públicamente antes de que el jurado popular emitiera su veredicto.
Sin embargo, la solicitud de la querella particular fue rechazada por infundada y por no existir presupuesto de admisibilidad. Este fue un capítulo más en la compleja historia de un hombre que, con inquebrantable fe en Dios y en la justicia de los hombres, ha luchado incansablemente, como un caballero cabal y con valores, por recuperar el vínculo con su hija, en medio de gravísimas acusaciones falsas y desafíos legales.
Un hecho no menor que no se puede soslayar, es que en este caso, conmovedor como pocos, quedó una silla vacía, la de la madre, la que aunque parezca mentira, a pesar de que fue la que comenzó y llevó adelante esta andanada de denuncias e infamias, desistió por propia voluntad de estar presente en el juicio, dando lugar a lo que alguna vez se llamó el “síndrome de la silla vacía”.
Finalmente, el veredicto del jurado popular fue de no culpabilidad (inocente). Podemos decir, sin temor a equivocarnos ni pecar de soberbios, que esta historia es un testimonio conmovedor de resiliencia, fe y esperanza. Demuestra que la verdad y la justicia, aunque a veces tarden, siempre encuentran su camino. Es un faro de motivación para quienes enfrentan acusaciones falsas e injustas y una prueba de que, incluso en las circunstancias más difíciles, es posible recuperar la vida y el amor, desde el imperio de la justicia."
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Martín Soriano fue absuelto en un juicio por jurados por abuso. Lleva casi cinco años sin ver a sus hijos. (Foto: gentileza Martín Soriano / TN) |
"OTROS CASOS SIMILARES EN LA MISMA SEMANA"
Los casos de falsos abusos sexuales que culminan en absoluciones, sean con jurados o jueces técnicos, comienzan a salir a la luz. En la misma semana que se produjo este impactante caso de Villaguay, Entre Ríos, hubo otros dos casos en que los jurados absolvieron y otro en que se estancó.
Y hubo otro caso en Gualeguaychú en donde un tribunal oral federal profesional condenó a un sargento y absolvió a tres militares por el abuso sexual a una soldada. El mismo Rubén Pagliotto y Guillermo Mulet fueron los abogados defensores de los tres absueltos (ver nota de La Nación).
El más resonante de todos fue el de Martín Soriano, absuelto por un jurado en San Isidro. La señal de noticias TN le dio profusa publicidad al hecho. Su ex mujer lo denunció por abusar de su hijo: él filmó a los abogados y logró probar que le armaron una causa. Por eso los demandó con una denuncia por falso testimonio y asociación ilícita. Grabó a los defensores de su ex confesando una trama de manipulación de la Cámara Gesell del niño. Lleva casi cinco años sin ver a sus hijos (ver noticia completa aquí).
Luego hubo otro juicio en Necochea, en donde el jurado declaró no culpable a un hombre que estuvo preso varios años (Declaran inocente a un hombre en un caso de abuso sexual y drogas)
En San Martín, la defensora oficial Mariela Belfer logró probar la falsedad de la denuncia de una menor de 16 años contra la ex pareja de su madre -y padre de su medio hermano menor- con el único fin de impedir el contacto del acusado con el niño. Hace cinco años que no lo ve a su hijo, pero el jurado se estancó por no haberse probado más allá de toda duda razonable la acusación.
Leer noticias aquí:
- Diario Ahora (5/9/25): "juicio por jurados Villaguay: estuvo casi cinco años sin ver a su hija por una denuncia de abuso sexual que era falsa" (ver)
- El Once (5/09/25): "Acusado de abuso sexual fue encontrado no culpable por un jurado popular" (ver)
- Entre Ríos ahora (6/09/25): "Un padre acusado de abusar de su hija, un jurado que lo declaró no culpable" (ver)