AVISO

AVISO (12/03/23):
Debido a la gran cantidad de juicios por jurados llevados a cabo en una decena de provincias de Argentina, la AAJJ dejará de publicar crónicas individuales por cada juicio y comenzará a publicar resúmenes mensuales

jueves, 15 de diciembre de 2022

SAN MARTÍN: Estuvo cinco años preso por intento de homicidio y era inocente. Jurado declaró no culpable al albañil Marcos Palacios, que se defendió de un chorro

Marcos Palacios, libre para siempre
Vean los tatuajes con las patitas de 
sus perritos. Conmovedor

El 1° de junio de 2018, Marcos Palacios, albañil paraguayo y laburante nacido en Encarnación, llegó a su casa en Pablo Nogués después de volver de la obra en construcción donde trabajaba. 

Se dio cuenta enseguida que le habían entrado a su casa para robarle. Le chorearon una garrafa, una amoladora y una maza. Todos sus elementos de trabajo y la garrafa para cocinar y calefaccionar su casa. 

Subió al techo para ver la panorámica y esclareció ahí nomás el robo. Desde allí se veía clarito una tremenda rastra en la tierra que se extendía por 30 metros hasta la puerta de la vivienda de la esquina. Lo que se dice, un crimen imperfecto.

¿Quién vivía ahí? Ni más ni menos que la piel de Judas del barrio: un conocido chorizo de la zona que no dejó casa sin asaltar. Estamos hablando de Matías Chávez.

Los surcos en la tierra no mentían, ya que los elementos robados era muy pesados y sólo arrastrándolos era posible sacarlos de allí. Claro que el cabeza de termo no tuvo mejor idea que guardarlos en su casa. Todos los caminos conducían a su tapera. Se creía impune. No sabía con quién se había metido.



Hacia allí fue nuestro héroe guaraní. El albañil Palacios no dudó un instante en ejercer su derecho de recobrar lo robado que le concede el Código Civil argentino en su artículo 2240. En Nogués no hay ley ni orden. No hay 911 ni 0800 que valga. 

Como buen paraguayo que se precie, salió de su casa acompañado por un machete de descomunales dimensiones. Era un machete bien chipá, bien porá. Fue a recuperar sus cosas como haría cualquier hombre de bien. Pero el albañil sabía muy bien con quién se iría a enfrentar. Le tocó la puerta y se dio el siguiente diálogo: 

Paragua: "Añá Membuy, eguatá ya piró"  (fuck you, asshole). 

"Devolvéme las cosas o te achuro".

Chorro: "Rajá de acá o te cago a balazos."


Palacios insistía en que le abriera. No se iría hasta que le devolviera las cosas. Los golpes sobre la puerta se sucedían cada vez con más fuerza, como truenos en la noche oscura. 

Chávez, completamente intoxicado con maconha bonaerensis, malvones de Berazategui y cucumelos de Barrio Frino, agarró la maza que le había afanado al paraguayo y abrió la puerta. Además de la maza, tenía un revolver calibre 32 en la cintura. Se batieron a duelo total.


De Nogués al Coliseo

No eran precisamente Joaquín Phoenix ni Russell Crowe en las arenas del Coliseo romano, pero poniéndole un poco de onda la cosa se le parecía. 

El iluso de Chávez pretendió ganarle una pelea al paraguayo Palacios. ¡Pero por favaaar, pobre de él! Después de esquivar varios mazazos lanzados con toda violencia por el caco, el paraguayo pasó al frente. El machete en sus manos semejaba las aspas de la hélice de un Boeing 747 de Air Paraguay (reclinen sus asientos y ajústense los cinturones). 

Un torbellino infernal de mandobles puso casi punto final al pleito. El pobre Chávez vio rebanadas las dos orejas, quedó bañado en sangre y prácticamente fue despanzurrado de un preciso machetazo en el vientre.

¡Mirá si este angá curepí le va a ganar a un paraguayo de ley!


Dijimos casi porque Chávez, enajenado ya por completo y bajo los efectos devastadores de la blanca ñamfi fruli fali frú, continuó con su agresión ilegítima actual e inminente y proveniente de un ¿humano?

¡Santa falla de la lógica, Batman! ¡La causa de justificación pende de un hilo! ¡Corramos a buscar a Günther Jakobs!


La defensora oficial Maria Luba Lazarczuk estaba en serios aprietos. Se le caían los libros. Pero ni en Nogués ni en Paraguay nos van a correr con la dogmática alemana. Era legítima defensa en toda la línea.

El problema es que, como la trifulca siguió y Chávez continuaba su ataque ululando como un poseído, en medio de la trifulca Palacios le sacó el chumbo y le pegó cuatro tiros al chorro. Dos en el muslo izquierdo, uno en la mano derecha y otro en el cuello. Todos con orificio de salida, menos dos. 

Uno quedó alojado en el glande, pero el peor quedó en la quinta vértebra. No quedó parapléjico de milagro, pero su andar de allí en adelante era como el de Nosferatu. Daba pena. Sin orejas. Se arrastraba. Sin embargo, nada le impidió seguir choreando al resto de los vecinos mientras el pobre paraguayo quedó en prisión.


El inmortal Klaus Kinski

¿Por qué lo dejaron cinco años en prisión preventiva?

La variable canina

🐕🐕🐕🐕

Los "salvajes" cánidos
del Paraguayo


Para el juez de garantías, la fiscal Ana Armetta, el juez del TOC y los camaristas, cuando el paraguayo fue a tocar la puerta ya había provocación suficiente de su parte que excluía la legítima defensa. Por lo tanto, para ellos Palacios era culpable de tentativa de homicidio y lo dejaron preso cinco años hasta el juicio. 

Pero menos mal que ahora tenemos juicio por jurados. El único tribunal judicial verdadero que exige nuestra Constitución Nacional para los crímenes. El Pueblo se encargó -de manera unánime- de poner las cosas en su lugar y de hacer justicia. El sentido común innato de los jurados opinó exactamente todo lo contrario a sus pares profesionales. Había legítima defensa, había agresión ilegal de Chávez y el albañil no la provocó. No tardaron ni sesenta minutos minutos en dejarlo libre. 

"Libre
como el sol cuando amanece
yo soy libre
como el mar.
Libre
como el ave que escapó de su prisión
y puede al fin volar"



Asombra todavía este ejercicio de poder punitivo con eje en la prisión preventiva. Lo de si había o no provocación suficiente para la legítima defensa no era una disquisición teórica de la Facultad, sino un artificio dialéctico para castigar anticipadamente y sin juicio a una persona. Claro que la movida le costó a un inocente cinco años de prisión hasta el día de hoy. Gracias a Dios tenemos jurados.

Como este elemento de la falta de provocación suficiente estaba muy flojito de papeles (📞📞Hola Klausito, te estamos llamando, queremos jugar... 📞📞), el populismo punitivista tribunalicio inventó la coartada canina.

DOG CHOW y ROYAL CANIN 
über alles in der Welt....

Ojalá te escuchen más seguido, Claus


La creatividad para dejar gente en prisión preventiva en la Argentina no conoce límites. Pero como esta de San Martín hubo pocas y se llevó merecidamente todos los premios. 

Para justificar que el chorizo Chávez no pudo nunca entrar a robar a la casa del albañil, inventaron que en la casa de Palacios había tres salvajes Pitbulls que impedían el ingreso de cualquier persona.

Pero.. siempre hay un pero, el Eje del Mal no contó con la astucia (y las destrezas de litigación) de la extraordinaria defensora oficial María Luba Lazarczuk, oriunda de Kiev, Ucrania.

¿Qué hizo la ucraniana de Malvinas Argentinas? Aguanten el suspenso y vayamos primero a su potente alegato de apertura.


María Luba Lazarczuk


ALEGATO DE APERTURA

"Sras y sres miembros del jurado. Este caso es simple. Se trata de decidir acerca de si van a dejar libre a un honesto trabajador de la construcción - a quien represento y que está preso injustamente hace 5 años- o si lo van a condenar por haber herido al delincuente que entró a robar a su casa.

Esto es todo. 

La presunta víctima de este hecho se llama Chávez y no está acá. Ustedes no la ven. ¿Saben por qué? Porque está preso en Olmos por continuar con los robos en la zona a sus vecinos. 

Va a venir recién mañana a declarar, pero lo hará en patrullero porque viene de la cárcel.

El albañil Palacios hizo lo que todos ustedes harían. Fue a recuperar los instrumentos de trabajo con que se ganaba la vida y que este peligroso ladrón armado -que se movía con total impunidad en el barrio- le había robado. Este salió a atacarlo con una maza y con un revólver. 

Palacios se defendió, lo hirió con su machete paraguayo y ahora es él quien quedó preso y su atacante libre. Libre para seguir robando, que es lo que hizo.

Confío plenamente en que ustedes, los jurados, harán lo que haya que hacer al final del juicio.

Muchas gracias."


Delirio

Pero al ataúd le faltaba un clavo, y la defensora lo clavó. Y vaya cómo lo remachó. Porque hizo lo que tiene que hacer cualquier abogado litigante que se precie ante un juicio por jurados. Fue al lugar de los hechos a ver con sus propios ojos la casa del agresor Chávez, la casa de su defendido Palacios y el camino por el que se llevó a la rastra la amoladora, la maza y la garrafa.

Pero, por sobre todo, fue a ver a los temibles Pitbulls inventados por el Club de Fans de la Prisión Preventiva para desmontar la falacia de que no había legítima defensa. Grande fue su sorpresa cuando, al poner un pie con sus costosísimos zapatos en el patio de la casa de nuestro héroe Palacios, fue abordada por tres adorables cuzquitos que le besaban las mejillas y movían alegremente las colitas. Más que Pitbulls, parecían caniches toy de lo adorables que eran. 

No sólo que los simpáticos canes no eran Pitbulls sino que eran 100% Marca Perro. Dícese de aquellos perros que son evidente producto de una tremenda partuzza nocturna.

Las fotos hablan por sí solas. Pasen y vean.



Peligrosísimos

Fue el fin para la fiscalía

Con eso fue la defensora a Nogués.
Milagro que no haya vuelto descalza

Cuando los jurados vieron esas fotos el caso se terminó. Pero todavía había más. Cuando el presidiario Chávez -testigo estrella de la fiscalía- vino a declarar, tuvo que someterse al contraexamen implacable de la abogada defensora oficial. Lo estaba esperando con todo su arsenal.

Literalmente lo liquidó con un simple elemento gráfico. Les dijo a los jurados que prestaran atención y miraran el siguiente video.  

En ese momento, la defensora hace click y aparece en pantalla gigante un video de cámara de seguridad filmado un mes después que el albañil ya estaba en cana. Grande fue la sorpresa al ver a Chávez, caminando como Nosferatu,  trepando a la casa del finado Chaparro (otro vecino del albañil que falleció de Covid) y llevándose un plasma gigante apoyado en su cabeza. ¿Adónde lo llevó? A su casa. A la misma donde se llevó el botín de Palacios.

"¿Es usted, no es cierto?" "¿Esas es su casa, no es así?", preguntó la defensora. Chávez bajó la testa (sin orejas) y respondió: "Sí, soy yo, pero lo del paraguayo yo no fui".


Yo no fui..... yo no fui....


Not guilty. No culpable. Non Coulpable. Nicht Schuldig. Non colpevole. N´marãve. Se hizo justicia. Los jurados querían ir a saludarlo. El juez lo impidió.

Pero esa misma noche, Palacios y su familia festejaron en libertad cenando en su casa. Esperemos que el domingo festejen cuando traigamos la Copa.


Quiero la Tercera, quiero ser campeón mundial