La Editorial Ad Hoc publicó el libro "Instrucciones al jurado con perspectiva de géneros", escrito por Analía Verónica Reyes.
La obra -prologada ni más ni menos que por el maestro cordobés José Ignacio Cafferata Nores- integra el volumen 13 de la prestigiosa Colección de Juicio por Jurados y Participación Ciudadana en la Administración de Justicia, que codirigen los profesores Alberto Binder y Andrés Harfuch.
La imparable expansión del juicio por jurados de la Constitución Nacional en las provincias hizo que la mayoría de los más de mil juicios hasta ahora realizados fueran por femicidios, transfemicidios, abusos sexuales y/o casos de madres y mujeres enjuiciadas en contextos de violencia de géneros.
Además, varias leyes recientes, como la de Santa Fe y La Rioja prevén expresamente que las instrucciones al jurado deben contemplar la perspectiva de géneros, como el art.72 de la ley 10.796 riojana: "Cuando existan en el caso mujeres víctimas o acusadas, la jueza o juez incluirá instrucciones con perspectiva de género, de forma sencilla y concreta explicando el derecho probatorio y la ley aplicable, teniendo en cuenta el contexto del caso, garantizando la interpretación y aplicación de la ley de manera igualitaria".
La autora, que además integra la comisión directiva de la AAJJ, defiende a ultranza el sistema de jurado clásico de la Constitución Nacional desde una perspectiva feminista.
Su hipótesis es muy clara: el momento estelar para transmitir las leyes vigentes en la Argentina sobre perspectiva de géneros son las instrucciones al jurado.
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| Analía Reyes y José I. Cafferata Nores |
Reproducimos aquí parte del prólogo del Prof, Dr. Cafferata Nores, que explica con claridad el contenido de la obra:
"He dedicado toda mi vida académica, política y jurídica en pro de una contribución al Estado de Derecho en la Argentina y, aun así, no deja de asombrarme la constante evolución del Derecho.
Todos hemos leído y estudiado la fascinante historia de la ley a lo largo de los siglos. Desde la Ley de las Doce Tablas, el Código de Hammurabi, la Ley del Talión, el Derecho Ateniense, el Corpus Iuris Civile, las Partidas de Alfonso el Sabio, la Inquisición, la Ley de la Tierra y el common law, el constitucionalismo moderno, etc.
No deja de asombrarme, al leer este magnífico libro inaugural de Analía Verónica Reyes -joven jurista de gran futuro- cómo la lucha de las mujeres por su igualdad ha impactado plenamente en el Derecho. No puedo menos que destacar la satisfacción de que me produce verificar como esta joven autora platense se ocupa con seriedad de la evolución que las luchas feministas han tenido en la ley de mi país.
Más aún me complace cuando esta nueva visión viene acompañada del juicio por jurados, que es el sistema que nuestra Constitución Nacional eligió como nave insignia para el enjuiciamiento de los crímenes y de las otras ramas del derecho (CN 24 y 118).
Hoy el juicio por jurados florece con éxito en Argentina y ha desatado otra nueva evolución en el derecho nacional y, con ello, las publicaciones específicas que se hacen cargo del estudio y análisis de cada uno de los institutos que lo componen.
Analía Reyes acierta cuando dice que el juicio por jurados y el derecho feminista en la Argentina comenzaron a dar sus primeros pasos a la par. De allí el gran valor de este libro, que hace hincapié en las instrucciones al jurado.
Las instrucciones al jurado son el corazón de los dos grandes leading cases internacionales, como fueron Taxquet vs. Bélgica (TEDH, 2010) y RVP vs. Nicaragua (CIDH, 2018). Las instrucciones al jurado son el mecanismo privilegiado mediante el cual los jueces transmiten a los ciudadanos el derecho y la ley aplicable, previamente haberlas litigado ardorosamente con la defensa y la acusación. Ellas son el núcleo central que permite no sólo transmitir la ley al jurado, sino desencadenar la actividad de las cortes revisoras para cumplir con la garantía del doble conforme de la condena.
Por eso afirmo, sin temor a equivocarme, que así como ser un buen juez, defensor o fiscal es un arte que se adquiere, las instrucciones al jurado también son, a su modo, un arte: las buenas instrucciones al jurado deben abastecer las exigencias de una revisión amplia y, a la vez, ser entendidas por los jurados y la población.
La perspectiva de género está contemplada hoy en leyes federales y provinciales de la Argentina. Son continuamente interpretadas por la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Suponen un reto en los casos en que los jurados deben dar sus veredictos, allí donde las mujeres son enjuiciadas o han sido víctimas de violencia de género.
La autora realiza un notable esfuerzo para traducir al lenguaje claro, preciso y sencillo de las instrucciones los elementos legales esenciales que hoy contempla nuestro derecho en materia de género. Los más importantes son la explicación del contexto de violencia de género, el consentimiento en los delitos sexuales y la valoración de la prueba rendida en el juicio sin estereotipos de género.
Estas instrucciones, así concebidas, se imparten ya desde hace un tiempo en el país y nuestros jurados las han comprendido. Ha sido la autora de este libro quien, en artículos anteriores publicados en revistas especializadas, dio el puntapié inicial para llevar la visión feminista de la ley a las instrucciones que los jurados reciben de los jueces.
Cierto es que esta iniciativa ha desatado fuertes debates en torno a si es necesario instruir o no a los jurados en este tema, sobre todo en el mundo de tan fuerte impronta litigatoria del common law. Analía Reyes es tajante y sostiene que el deber de debida diligencia reforzada que exigen las convenciones internacionales obliga a impartirle al jurado instrucciones con perspectiva de género. La autora también nos enseña que países de tan prolongada tradición juradista como Inglaterra y Australia también comenzaron a instruir a sus jurados para profundizar el acercamiento al ideal del juzgador imparcial.
También nos advierte del error de pretender “capacitar” a los jurados con cursos previos o videos educacionales o explicativos acerca de lo que es la violencia de género o los contenidos de la ley Micaela que, como ella misma lo ordena, solo está destinada exclusivamente a los funcionarios públicos que integran el Poder Judicial. Los jurados, en cambio, son por antonomasia el Pueblo en forma de juzgador accidental.
De allí el valor de rescatar la milenaria tradición de las instrucciones al jurado, que ya practicaban los griegos y romanos de la Antigüedad. Si el juicio por jurados ha demostrado algo a la Humanidad es su permanente capacidad de adaptación a los nuevos pueblos, las nuevas culturas y las nuevas formas del Derecho. Todo esto sin perder un ápice de sus notas características básicas que lo distinguen de cualquier otra forma de enjuiciamiento.
Las instrucciones al jurado son el mecanismo natural para transmitirle al jurado la perspectiva de género. La perspectiva de género es ley vigente en la Argentina y, como cualquier otra ley, debe ser parte de las instrucciones a los jurados. Este libro es, con toda justicia, el primero que aparece en la Argentina como estudio exhaustivo de esta problemática en el ámbito del procesalismo nacional.
Le deseo a Analía Reyes y a este libro los mejores auspicios del porvenir. Ojalá sea el punto de partida para futuras obras que nos permitan profundizar el indispensable debate de ideas hasta alcanzar la anhelada igualdad entre todos los seres humanos, que es el más noble aporte que las mujeres le han dado al mundo del derecho".



