AVISO

AVISO (12/03/23):
Debido a la gran cantidad de juicios por jurados llevados a cabo en una decena de provincias de Argentina, la AAJJ dejará de publicar crónicas individuales por cada juicio y comenzará a publicar resúmenes mensuales

jueves, 26 de septiembre de 2019

SAN MARTÍN: Absuelven a mujer acusada del homicidio de un líder narco. Duda razonable

 El hecho fue en 2017 en Villa Hidalgo, en José L. Suárez.

El juez Elhart y la fiscal Billone junto a sus respectivas asistentes

El tribunal de jurados fue presidido por el juez Raúl Elhart. La fiscal fue María Fernanda Billone y la defensa estuvo de un abogado sueco (recibido en Suecia, pero que hace alrededor de 10 años vive en Argentina, donde revalidó su título), el Dr. Hogberg.


Los hechos y el juicio

Un hombre de apellido Pucheta le disparó a otro, reconocido en el barrio por ser el líder de una banda de narcos.

El herido quedó tendido en el suelo, aún con vida. Pero inmediatamente se sumaron otras personas a la violenta escena. Según la Fiscalía, esas personas eran tres: la novia de Pucheta, la hermana de Pucheta y otro hombre identificado como "el Pelado").

De acuerdo a lo que expuso Billone, estas personas también dispararon contra el hombre que yacía en el suelo.

La víctima murió luego, al ser intervenido quirúrgicamente por las heridas de bala. La autopsia determinó que el cuerpo tenía siete orificios de ingreso de balas, y luego se determinó que pertenecían a dos armas diferentes (no se descartó que pudiera haber recibido disparos de una tercera arma, pues dos de esos orificios de ingreso se correspondían, además, con orificios de egreso y esas balas jamás pudieron ser peritadas).

Todas esas personas, a excepción del Pelado (actualmente prófugo) fueron rápidamente detenidas.

Pucheta y su hermana fueron condenados, porque firmaron acuerdos de juicio abreviado en procesos separados.

En este juicio por jurados la única acusada era la novia de Pucheta.

La fiscal sostuvo su autoría con base en la identificación de un testigo que la ubicó en el lugar: el primo de la víctima, quien lo acompañaba durante la agresión.

Por otro lado, apoyó la versión de que la acusada también había disparado en un peritaje que determinó que había rastros de pólvora en sus ropas.

La defensa planteó que ella no estaba en el lugar, aunque luego enderezó esa versión y aclaró que estaba, pero no había disparado.

Aclaró que la pólvora en la ropa podía deberse a que se habían efectuado disparos a su lado, a corta distancia.

Hoberg también presentó a un testigo que dijo no haber visto a la acusada con un arma e, incluso, utilizó una carta que Pucheta había hecho llegar a la acusada a su lugar de detención, en la que le pedía perdón por lo sucedido y le decía que lamentaba que estuviera pasando por semejante situación sin haber hecho absolutamente nada.

De acuerdo a las pruebas del juicio, también existía la posibilidad de que, habiendo disparado, su disparo no hubiera sido dirigido contra una zona vital y no habría tenido, por lo tanto, entidad para ocasionar la muerte.

Así presentado el litigio, el juez Elhart leyó al jurado las instrucciones sobre el derecho aplicable y les entregó el formulario de veredicto, con las siguientes opciones:

  • Culpable de homicidio con arma de fuego.
  • Culpable de homicidio con arma de fuego en grado de tentativa (delito menor incluido).
  • No culpable.
El jurado deliberó durante no más de 40 minutos y volvió con un veredicto: no culpable.

Entre el público presente, estuvieron presenciando todo el juicio alumnos de las carreras Abogacía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Cátolica de La Plata (UCALP). Estos estudiantes avanzados de derecho aprovecharon aquellos minutos para deliberar entre ellos, arribando en forma unánime al mismo veredicto.

Según explicaron a fuentes allegadas, si bien la Fiscalía había planteado su caso correctamente, a partir de las pruebas no era posible arribar a un veredicto de culpabilidad porque no había podido demostrarse, más allá de una duda razonable, que la acusada había disparado, ni que tuviera un arma.